martes, 1 de agosto de 2017

Manual del vecino cabrón

Ser respetuoso con los demás mejora la convivencia. No hay duda. A todo el mundo le gusta ser respetado. Incluso, puede ser agradable respetar a los demás. Pero quizás tú eres diferente y encuentras placer en molestar. Porque sí. Porque eres un desgraciado.

Si éste es tu caso, aquí van algunas ideas que puedes hacer, y sin salir de casa.


Camina con tacones 

No esperes a salir a la calle para disfrutar de tan cómodo calzado. Usa los tacones como zapatillas de estar por casa. Y muévete mucho. De una habitación a otra. Sin motivo. Porque sí. Por molestar. Ah, y huye de prejuicios machistas. No dejes de usar tacones por ser hombre.




Cambia los muebles de sitio… todos los días 

Arrastrar sillas y muebles, en general, es bastante molesto. Entonces, ¿por qué no hacerlo todos los días? Trata de hacerlo con frecuencia. Y a diferentes horas. No seas predecible.



Sube el volumen 

En general, escuchando la radio, viendo la tele o jugando al ordenador. Sube el volumen. Al máximo. ¿Sabes que hay unos cascos especiales que aíslan del ruido y que te pueden permitir atronar a los vecinos mientras tú te echas la siesta?




Elige bien tus aficiones 

Hay gente que, en sus ratos libres, se dedica a la filatelia, a coleccionar mariposas o a construir un galeón del Siglo XVII. Mal. Eso no hace ruido. No molesta. La carpintería, en cambio, sí. ¿Por qué no construir tus propios muebles en casa? ¿Por qué no destruirlos después, y volverlos a construir, y así sucesivamente? Martillo, taladradora, sierra eléctrica. No te cortes.




No aprendas a tocar un instrumento musical 

Esto no quiere decir que no toques un instrumento. Al contrario. Toca. Sólo asegúrate de no hacerlo bien. Asimismo, ten cuidado de elegir bien el instrumento, no vaya a ser poco ruidoso. Puedes comprarlo de segunda mano. Total, si suena mal mejor.




Ten hijos. Muchos hijos. 

Tener hijos es una bendición, si son deseados. Pero aquí se trata de ser un indeseable. Por ello, ten muchos hijos. Los niños lloran, gritan y dan golpes. Aunque eso no es mérito tuyo. Sí puedes, en cambio, impedirles socializarse y obligarles a jugar en casa. Chicos, ¿un partido de baloncesto en el pasillo?




Ten mascotas. Muchas mascotas 

Si el perro es el mejor amigo del hombre, el perro que ladra mucho es el mejor amigo del vecino cabrón. Si se puede entrenar a tu perro a dejar de ladrar se puede también hacer lo contrario. Guau!




Cocina mal 

Las molestias acústicas no son las únicas que puedes practicar. ¿Qué tal unas sardinas a la plancha cuando hay ropa de los vecinos tendida? Deliciosas. Tampoco tengas especial cuidado cocinando. Deja que la comida se queme. O se pudra y atraiga bichos.




Extiende las molestias a las zonas comunes 

¿Por qué limitarse a molestar dentro de casa? Hay que ser ambicioso. Saca la basura después de la hora de recogida. Especialmente en verano. Deja a tu perro hacer sus necesidades en zonas comunes. Acompáñale tú de vez en cuando. Etcétera.




Da miedo 

La molestia suprema. Que tus vecinos sientan miedo de ti, estés o no estés delante. No se puede hacer nada peor.




 Ahora, en serio, no hagas nada de esto. NO LO HAGAS o serás un cabrón.

Texto: Fernando Moreno, cabrón profesional.