lunes, 28 de julio de 2014

Tres segundos (o cómo nos estamos acostumbrando a ver imágenes horribles y no hacer nada).

Estás loco. Eres un demente. Has perdido la cabeza. 

¿Y sabes por qué? Porque te estás acostumbrando.

¿Te suena esta imagen? Es un padre con su hijo muerto.




Y ahora, tres segundos después. ¿Qué opinas de esta otra imagen?



A que ya se te ha olvidado la primera. Y solo han pasado tres segundos.

Claro. Porque te estás acostumbrando.

Y no haces nada. Cada día, cada hora, ves este tipo de imágenes en tu ordenador. En tu televisión. En un periódico gratuito. 


¿Y qué haces? Nada. Porque te estás acostumbrando.

Piénsalo. No eres humano. Está en nuestros genes saltar como un guepardo a luchar por tu especie cuando ves una imagen como esta. 


Y tú eres capaz de ver esta imagen, saber lo que ha pasado ahí y a los tres segundos sonreír y pensar en otra cosa. 

¿Sabes lo que tarda un presentador de un telediario en cambiar de esta imagen...


...a esta otra?

tres segundos


Tres se-gun-dos. 

Que es el tiempo que tardas tu en dejar de sentirte mal y volver a tu vida.

¿Te suena esta señora? 




Si, ¿verdad? Es esa que llora en la tele porque una bomba, sea del bando que sea, acaba de destrozar su casa y desmembrar a sus tres hijos. ¿Y qué piensas cuando la ves? ¿Te pones en su lugar? ¿Te levantas de tu sofá o de tu silla e intentas hacer algo? 

Estás loco. Has perdido la cabeza. ¿Qué falla en tu genética que hace que no llores cada vez que ves una de estas imágenes, que no dejes todo lo que estés haciendo y busques una manera de colaborar?




Pues a los tres segundos, ya estás a otra cosa.

Corre. Es urgente. Ve a un psicólogo. Porque has enloquecido. Él te puede ayudar. Te costará meses de terapia y unos cuantos cientos de euros, pero puede que lo tuyo aún tenga cura.

O mejor aún. Más fácil. Espera tres segundos, vuelve a la ventana de donde hayas venido, y sigue navegando tranquilamente.

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