‎24 fotos desde mi ventana, una cada hora.

Photo by Jimirodriguez

Compartir

El mediocre

Photo by Jimirodriguez

-El mediocre suele creer que es feliz.

-El mediocre no sabe definir la mediocridad.

-El mediocre pasa por esta vida sin pena ni gloria. Dos o tres años después de su muerte, el mediocre es olvidado.

-El mediocre no pone pasión en nada de lo que hace. Ya sea haciendo el amor, contando una historia o cocinando.

-El mediocre no crea, disfruta de lo ya creado.

-Cuando muere, el mediocre no deja alma; ningún tipo de legado queda cuando un mediocre muere, ni físico, ni intelectual.

-El mediocre no gusta de viajar por el mundo y conocer lugares que se diferencien mucho de su lugar de residencia, que suele ser el mismo durante toda su mediocre vida. Contestará que "nada se me ha perdido ahí" o que "no me atraen esos sitios". Este punto tiene mucha más importancia de lo que parece.

-Al mediocre le gusta el cine y todo tipo de música.

-El mediocre no gusta de probar sensaciones nuevas relacionadas con la gastroniomía, el sexo o las drogas.

-El mediocre utiliza multitud de Frases a 0'99: frases hechas, huecas y vacias de contenido tales como "la natación es el deporte más completo."

- Aunque el mediocre suele ser racista, homófobo y machista, la mediocridad no va relacionada directamente con esos valores. Ni siquiera con la bondad o la maldad. Hitler, reencarnación del diablo en la tierra, no es mediocre.

-A pesar de que un mediocre lo suele ser toda la vida, en realidad el mediocre no es, si no que está. La mediocridad es un estado, en el que todos podemos desembocar. Es por esto por lo que HAY QUE VIVIR EN CONSTANTE LUCHA CONTRA LA MEDIOCRIDAD

Yo te maldigo, 15-M

Todavía recuerdo la primera vez que llegué a Sol durante los primeros días del 15-M. Qué bonito. Qué cantidad de emociones juntas. Recuerdo, con los ojos humedecidos, pensar: "Por fin. Por fin lo hemos conseguido". Tantos años de manifestaciones . Tantas tardes de consignas, algún que otro porrazo. Tantos viernes callejeando por Malasaña huyendo de los antidisturbios. Y por fin, este era nuestro mayo del 68.

Por fin todo el pueblo unido, en contra de todos los de arriba. No importaba la bandera, ni la izquierda, ni la derecha. Por fin toda España estaba unida, remando en una misma dirección en contra de tantos años de injusticia.

¡Éramos famosos! Salíamos en las TV locales de USA, Francia. Australia... Y dimos la vuelta al mundo a lomos de Twitter. Los Trending Topics ya eran el pan de cada día y se contaban por docenas. ¿Y nuestras acampadas? Las más organizadas. Todo estaba limpio y familias con niños se paseaban viendo nuestro arte.

Y qué pancartas más divertidas. Qué creatividad desprendíamos por cada uno de nuestros poros. Por fin uno podía sentirse orgulloso de ser español. La cosa incluso parecía propagarse por todo el mundo: Barcelona, Málaga, Granada, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, Lisboa, Nueva York, Atenas, Londres... Ahh.... Era el comienzo de algo muy grande. Y el epicentro estaba en la Puerta del Sol.

Y de pronto, Elecciones Municipales de 2011. Ahora es nuestra oportunidad de demostrar en las urnas de lo que somos capaces. De lo que este movimiento es capaz sin media piedra lanzada. Sin ningún coche quemado.

¡Pero Dios mío! ¿Qué ha pasado? ¿Otra vez uno de los partidos mayoritarios se lleva el gato al agua? ¿Y los partidos más cercanos a nuestro movimiento? ¿Los minoritarios? Pero ¿si parece que no existen? ¡El PP ha triunfado en las municipales!

Algunas personas empiezan a opinar que se debería haber montado un partido político, pero los indignados se les echan encima ¡¿Un partido?! ¡Pero si somos apolíticos!  ¿Apolíticos? Se preguntaban algunos. Pero si la base de este movimiento es una propuesta política ¿no deberíamos ser pro-políticos?.

Bueno, tranquilidad. Nosotros todavía somos muchos y estas elecciones solo eran municipales. Además era demasiado pronto para notar resultados. Y tenemos las asambleas. Son una pasada. El pueblo decide. En cada barrio hay una y hablamos de las cosas que realmente importan, pequeños cambios que, juntos, pueden llegar a cambiarlo todo. Es verdad que al principio éramos más y que, poco a poco, vamos quedando menos. Pero los que estamos hablamos mucho y tomamos decisiones de muchísimo peso.

De pronto, y aconsejados por el gobierno y las fuerzas de seguridad del estado, se decide dejar la plaza. Ya hemos dejado claro nuestro mensaje. Ya hemos plantado la semilla. Puede que aún no hayamos conseguido nada, pero hemos cambiado el "pensar" de todos los españoles.

Y llegó el verano de 2011, y con él, el 19-J. Otra vez éramos portada. Otra vez nuestras pancartas eran las más creativas. "No hay pan para tanto chorizo". ¡Toma ya! Un puesto de información se quedó en Sol para los que quisiesen informar sobre el movimiento, pero las juventudes del Papa también querían pasear por la ciudad por lo que el puesto fue desalojado. No importa.

Seguimos en 2011. Octubre ya estaba aquí y el 15-O prometía. Gente de todo el mundo protestando y España era adalid del movimiento. En la prensa dijeron que eramos 4 gatos pero estoy seguro de que éramos 500.000. Qué grandes. Qué cracks.

Casi sin darnos cuenta llegaron las Elecciones Generales en Noviembre de 2011. Espera. No puede ser. Mayoría absoluta del PP en casi toda España ¿Otra vez? ¿Me estáis tomando el pelo? ¡Pero si éramos medio millón! Si salimos en la revista TIME. ¿Otra vez estos ladrones al mando? ¿Y los del PSOE se van de rositas?

12 de Mayo de 2012. Se acerca el aniversario. De nuevo las calles se llenan de indignados. Somos un montón. Más que antes incluso. O menos. ¿Qué más da? ¿Servirá de algo? Las mismas pancartas súper originales. Las mismas caras. Las mismas detenciones. Los mismos vídeos. Me vuelvo para casa.

Verano de 2012. Hoy he visto una asamblea en la plaza del 2 de Mayo. Habría unos 9 asistentes (contando con dos gatos). Discutían sobre  la posibilidad de traer carne de una granja que tenía el suegro de uno de los presentes a la carnicería del barrio. El carnicero no estaba. Alguien intentaba vender alguna lata de cerveza con poco éxito.

El tiempo pasa. Y cada vez la cosa está peor. El paro crece de forma incontenible. Hay gente que se quita la vida temiendo un deshaucio. Somos el hazmereir de Europa. En America (norte y sur) se compadecen de nosotros. Somos los mendigos del Euro. Somos los primeros en nada. Somos los últimos en casi todo. Si la crisis tuviese nombre de país, se llamaría España.

Ya estamos en 2013. 500 días después del glorioso 15-M, nuestra clase política está podrida. Nuestros gobernantes son corruptos de los pies a la cabeza y nos gobiernan con mayoría absoluta. Nosotros seguimos pagando impuestos mientras ellos se los reparten por debajo de la mesa. La corrupción ha llegado a la Casa Real. En definitiva: estamos muchísimo peor que hace 500 días. Y la cosa no para.

Pero nosotros nos reímos. ¿Pero de qué cojones nos reímos? ¿Somos idiotas?

¿Pero qué nos pasa? Nos están robando. Somos más, de lo que deduzco que tenemos el poder, y no hacemos nada. Perdón, hacemos algunas cosas: vamos a por el millón de firmas de change.org, somos Trending Topic 4 veces al día y vamos a concentraciones. Y no olvidemos las pancartas: las pancartas siguen siendo un alarde de creatividad. Además, como somos como somos, nos lo tomamos todo con muchísimo sentido del humor y le sabemos sacar la gracia a todo. Menudo cachondeo con los sobres. Menudos Whatsapps que he recibido.

Yo te maldigo 15-M: fábrica de soñadores y de pusilánimes. Yo te destierro. Nos has convertido en unos mierdas, incapaces de luchar para conseguir algo. Ahora es posible iniciar movimientos, crear hashtags hiper ocurrentes, conseguir juntar miles de firmas.... pero no somos capaces de apedrear el congreso de los diputados. No somos capaces de levantarnos e invadir Génova. Somos unos discapacitados políticos. Somos un hatajo de cobardes. Somos la herencia del esperpento.

Ocupa el congreso...

Pero no es nuestra culpa. La culpa de todo la tiene el 15-M.

Tras lo de los sobres, todos pensábamos que los edificios iban a arder, pero no llegaban a las 1.000 personas las que se acercaron este jueves 31 de Enero de 2013 a Génova. Sobre en mano, los asistentes gritaban consignas como “Dejadnos pasar, venimos a cobrar” o  “Policía, detén a los ladrones”. Y ahí se acabó la cosa. Unas cañas y a casa.

El 15-M ha acabado con nuestras agallas. Ha matado la revolución, que no existe sin piedras, palos, y brechas. Ahora somos corderos políticos, destinados a crear consignas (ésta es una más) desde nuestro ordenador. Destinados a gritar frases inteligentes desde la masa con un único receptor: la misma masa.

Yo te maldigo 15-M. Y me maldigo a mí mismo porque un día, creí en tí. Ojalá nunca hubieras existido.

Yo te maldigo 15-M, caldo de cultivo de esta broma de generación, orgullosa de su sentido del humor, que todo se lo toma con una sonrisa y que lo arregla todo con unas risas, pero que no es capaz de luchar con uñas y dientes por su dignidad.

Ojalá estuviera ahora mismo tirando piedras contra los cristales de Génova. Ojalá estuviera urdiendo un plan para quemar Ferraz. Desearía escribir este texto desde los calabozos de Plaza de Castilla. Ojalá me encontrase ahora mismo en un furgón policial, con un ojo morado por haber agredido a Iñaki Urdangarín  y no aquí, escribiendo este triste y cobarde texto.

Yo te maldigo 15-M...